domingo, 29 de septiembre de 2019

Otoño.

Vi tus ojos en la página de un libro.
En el cristal del otoño el vaho se dibujó hermoso.
Es octubre y las hojas atraviesan el umbral de la ventana.
Fuera en la plaza la lluvia acaricia la noche.
Ya es hora de sentir el ardor de tus labios.
Y esperar que el color del árbol se torne amarillo.

A Natalia. Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 30 de Septiembre de 2019.

Amado

Era el año 33, Tú, pudiste con todo.
Pero parece que algunos lo han olvidado.
La noche es fría y él ha sido arrojado a la trinchera de hielo. Su dolor no puede ser visto para que no se quemen nuestros ojos.
Pero el resiste con su cruz. No pide agua, pues su sed será nuestra mortaja.
Amanece y la palabra lo busca: cruza la pendiente de la calle sabiendo que lo amas.
Es feliz. Y nosotros, mientras perecemos sin entender lo que es el amor.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 28 de Septiembre de 2019. Jaén.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Lagarto IX. A los jóvenes del viejo Jaen

Es una niña especial: Capilla se llama. Vive en la calle Alegría: bella y a la vez abandonada del viejo Jaén.
Su pelo negro y largo y sus ojos azules de cielo adolescente son el patrimonio más valioso de sus padres.
Capilla conoce el sacrificio hermoso y fiero de sus progenitores al despertarse al alba, cuando el sol sale por el oriente mágico de la sierra más bruja de Jaén.
Su sueño conocer la guarida del lagarto- como ya sabes querido lector, cerca del convento trinitario-: solo unos cuantos afortunados y afortunadas pueden ver el magno convento y solamente los iniciados conocen el escondite pétreo y profundo del dinosaurio.

Pero el corazón de Capilla, armado de una timidez cautivadora va destronando y derrumbando al del granítico animal: el órgano vital del lagarto ha bajado la guardia, como la bajamar de la más azul playa; y el verde animal sucumbe a la destreza y bondad de la joven lagartiana.

El mayor deseo de Capilla - nombre poco común en este Jaén moderno y olvidado de sus tradiciones- es ser pintora: una artista comprometida con las personas humildes del viejo lagarto y con la belleza de esta ciudad lagartiana; con la hermosura de sus sierras periurbanas, adonde el alma del poeta mira, en las tardes melancólicas de Noviembre, para descubrir e inventar
los versos más atrevidos.

Cierto día Capilla descendía por la descuidada calle de la Alegría: su lugar de destino el raudal de la Magdalena.
Pero antes paró en la calle Santísima Trinidad: pues conocía la leyenda o rumor de la aparición de la misteriosa niebla . Quiso con todas sus fuerzas imaginarserla y sentirla.
Ocurrió, pues algo mágico, a sus tiernos ojos llegó la palabra de los monjes y el convento surgió en su magna hermosura: la amable niebla se posó sobre ella y su sueño tantas noches soñado se le concedió: Capilla se desvaneció unos segundos ante tanta belleza.

El milagro se estaba produciendo, solo faltaba conocer al misterioso animal.
Ya saben queridos amigos que el lagarto torna en diferentes personajes; nuestro jurásico amigo no quería asustar a la dulce niña. Y en una bella decisión, de la puerta principal del convento, mientras la niebla acariciaba la luna, apareció un dócil personaje: su profesión pintor, sus ojos verdes como la hoja débil del Quejigo y su pelo negro igual que la noche en el mar.
Capilla supo quien era: ambos se abrazaron con sus bondadosos brazos. Y con una calma celestial se produjo la trasmisión de conocimientos: a partir de este eterno abrazo la joven de la calle Alegría se convirtió en una perfecta maestra de la pintura, dominando todas las técnicas de este ancestral arte.

Capilla comenzó a ser una activista social y cultural; defendiendo con sus magníficos lienzos al viejo Jaén: su siguiente sueño, una facultad de Bellas Artes en el casco histórico de su Jaén querido, su lugar predilecto: el antiguo solar de los Uribe.

Hoy este que escribe, desde una plaza sin rosales, adonde los ojos del jaenes antiguo miraba al Convento de la Coronada, adónde el alma del jaenita viraba para ver a Jesús de los Descalzos, antes de ascender por la Ropa Vieja, ha sido advertido por un amigo que ayer en el foro jaenero nuestro mandamás mayor negó o alargo la posibilidad de una facultad en el viejo lagarto.
Aunque lo peor de todo fue el silencio de " Ciudadanos ", pero no los otros ciudadanos que con gran pasión y alegría aplaudieron a mi amigo.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Plaza Rosales 25 de Septiembre de 2019. A todas las Capillas del viejo Jaén.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Lagarto VIII. A Miguel del Montana.

A veces el lagarto muta,se transforma y su verde piel entre la niebla se esfuma y su silueta de animal prehistórico cambia: el magno animal se convierte en un paseante más de esta ciudad. Un jaenes más: esta vez el virtuoso animal es un pintor; su cuerpo espigado, sus manos largas y finas como el cristal y su tez morena recuerda a los grandes pintores jiennenses del XIX.

La campana llama al silencio. El convento trinitario vuelve a asomar a mis ojos. Envuelto en la más bella niebla: esta es la señal que anuncia que el lagarto va a salir. Como he dicho es un hermoso pintor.

La calle estrecha, inmaculadas sus baldosas, de un rojo mármol: un tablero de damas parece.
En esta rua del Jaén antiguo, aún perdura- y que siga por todo el tiempo- el Bar Montana.
Sus tapas deleitan el paladar del jaenes y del turista que con ojos llorosos y emocionados después de ver la magnifica Catedral, acude al socorro de la caña de cerveza y de su más famosa tapa: " Las criadillas". Cuya receta ancestral es velada como oro en paño por uno de sus propietarios: Miguel.

Es el Bar Montana un sitio atípico y diferente: más que una taberna al estilo manchego- Jaén bebé de las fuentes gastronómicas de la mancha- parece un museo.
Sus paredes atesoran acuarelas hermosisimas y bellísimos lienzos.; las pinturas son obras de los más ilustres pintores del Reino Santo.
Y el Conservador de este mágico bar-museo es Miguel: su conocimiento de la técnica pictórica es inmenso; experto en descifrar las texturas más escondidas y de encontrar como nadie esa movilidad de las sombras que hacen que el cuadro tenga vida propia. Más que un Conservador, Miguel parece un pintor: el autor de estas maravillas. A veces pienso que es un gran artista, pero su modestia y humildad le hace atribuir la autoría de las pinturas a ilustres pintores jaenitas.
La mezcla entre la caña, la gastronomía y el lienzo que ofrece este lugar es una dulce sinfonía de sentidos que te impiden salir del establecimiento.

Pero volvamos a nuestro amigo el lagarto o mejor dicho: nuestro querido pintor.
Amparado en su anonimato y cuando el sol ya comienza a despedirse por las torres de la Catedral, el artista, atrapado por el embrujo del ocaso, entró en el salón montaniano y con una cautela atrevida y sensible observaba las obras colgadas en su típica pared.
Leyó todos los lienzos y acuarelas, examinó con sus manos las pinceladas perfectas, tan vivas y puras, tan hermosas y reales.

Mientras Miguel vigilaba con ciega calma al extraño y magnífico visitante.
El pintor seguía absorto en sus pensamientos, mirando el arte clavado en la pared. Y en un descuido hermoso y rápido, sacó de su largo abrigo un lienzo y lo depósito delicadamente en una de las mesas. Y con una increíble celeridad salió del Bar.

Miguel, astuto como un zorro, no perdió detalle de tan mágica y rocambolesca escena: se acercó a la mesa y acarició el cuadro. Sus ojos lagrimearon las lágrimas más bellas; nunca había visto una pintura tan hermosa, tan bella y poderosa, tan perfectamente ejecutada.

El lienzo, escondido en un lugar seguro, espera ser amado en las paredes del Montana; aunque ciertamente depende de Miguel.
Mañana al alba cuando acuda a desayunar, le preguntaré por el sorprendente lienzo.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Jaén a 23 de Septiembre de 2019. A mi amigo Miguel y a la belleza y tradición jaenera del Montana.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Piel mojada.


En esta playa me quedo con el sabor verde de tus labios.
Alguien desde la cortina de un periódico te lanza sus ojos de anzuelo: su mirada es furtiva, pero pura.
La noticia sin prisa viaja entre las olas.
Me quedo con tu espalda mojada arrojada a un sol amarillo y distante.
Me quedo con el recuerdo de la primera vez.
Y espero paciente tu llamada para volver a sentir esa piel blanca y libre .
Como un amanecer sin prisa.

A Natalia.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Fuengijaen. 20 de Septiembre de 2019.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Poema en una botella.

El mar acuna siempre las palabras.
La botella acaba de acariciar la orilla: es de un cristal diferente; quizá viene de un río virgen de la amazonia.
El contenido del mensaje me lo puedo imaginar. La palabra es la única arma que salva vidas.
Mientras la botella se balancea llorosa al ritmo pudoroso de la ola.
Sé que allá en ese río amazónico alguien espera mi mensaje.
Solo puedo escribirle un poema.
Le diré que al otro lado de su mundo de bellas selvas y caudalosos rios todavía hay almas que luchan por salvar la madre tierra.

Mi palabra viaja en la botella , es pura y limpia como el corazón de un niño.
Y en la lontananza veo algo brillar y confío en el mar, capaz de cuidar y llevar la esperanza.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Fuengirola 19 de Septiembre de 2019.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Lagarto VII

Me llamo Jaen: soy hijo del lagarto, hijo de la Magdalena, de Santo Doningo, de San Juan, de San Miguel, de San Bartolome, de la Merced, de Santa María, amante de la Catedral, hijo del Santo Rostro y primogénito de Jesús de los descalzos.
Soy Jaén la ciudad denostada por sus propios habitantes y admirada por el viajante que arriba de tierras extranjeras y mira desde arriba- desde la fortaleza de Santa Catalina- la decadente y elegante hermosura de mi bello y singular urbanismo: estrecho y serpenteante como mi padre el verde y jurásico dinosaurio.
El insomnio, siempre caprichoso, no solo ha herido de muerte el sueño, sino que también ha acariciado mortalmente la pluma del poeta. Y el verso, el poema, y la fuerza invisible de la palabra no fluyen con esa fuerza habitual, mágica y hermosa.
Hasta la luna ,aliada del cronista de las más altas pasiones, ha comenzado a menguar para ir perdiendo su brava lozanía.
El mar de azul cielo, ha perdido su rítmica armonía a causa de este inmenso temporal: el cielo llora desconsoladamente y las estrellas incapaces de salir, pues temen al tridente terrible y alargado del magno Poseidon o Neptuno, si tu amado lector eres reo de Homero.
El poeta en este playa lejana, al lado del viejo lagarto escribe con la única compañía del lamento perezoso de las olas: en otra mágica noche el trovador llego a lomos del verde animal a esta playa que desata las líneas y reivindicaciones más hermosas.
La conversación ha deambulando en torno a la Iglesia de San Miguel: nuestro amigo el músico nos ha alertado con la noticia que no queríamos escuchar: el ábside de la Iglesia se esta desmoronando a consecuencia de la lluvia.
Ha sido la primera vez : el lagarto ha llorado sangre y su corazón parecía pararse por momentos.
El músico ya no podra componer su bella sinfonía, pero si
quizá una terrible y patética.
La conciencia del mandamás tiene que estar incómoda : tiene un desafío grandioso para despertar a esta ciudad de su sueño derramado. Sean capaces de negociar entre ustedes, olvídense de escenas dantescas y lleguen a acuerdos. Pidan ayuda a la iniciativa privada. Demuestren porqué le hemos votado.
El arrabal de San Miguel y su Iglesia necesitan recobrar su belleza perdida.
Desde este Mar sin nombre vuelve el poeta a lomos del lagarto a su Jaen: todavía existe la esperanza de ver una aurora blanca en la lontananza.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 15 de Septiembre de 2019.


domingo, 15 de septiembre de 2019

Salvado.

A través de ti soy quien soy: alguien que en la noche duerme profundo mientras la voz de las olas sube hasta el apartamento.
Soy aquel que en las mañanas azules- cuando el cielo se llama amor- piensa en rimar versos para que escapen de las manos poderosas del océano para convertirse en un poema tuyo.
La víspera- el recuerdo de un sueño- me acerca más a ti, para ver el retorno de tu desnudez dormida, asustada aún por la luz de la mañana.
La piel del amanecer cae fuerte.
Y ese lugar tan tuyo y tan nuestro que siempre inventamos, cerca de esa orilla; cercada por blancas gaviotas que ascienden hacia lo eterno, nos espera para en la profundidad de su lienzo dibujar la huella más sencilla.

Hoy he vuelto a ser un mago en la quietud sagrada de la playa, a la vez que el plenilunio comenzaba a menguar su blanca lozanía.
Y después de un tiempo detenido por el hilo invisible de la palabra me he descubierto a mi mismo con solo pronunciar tu nombre.
Y he dejado de ser extranjero en algún lugar de tu memoria.

A Natalia. Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 15 de Septiembre de 2019. Fuengirola.



sábado, 14 de septiembre de 2019

Naufrago.

He aprendido a mirar solo.
Intentaron hacer ver que no podía.
Me duele la piel de solo pensar en ti.
El murmullo del pájaro en la rama me otorga el premio del silencio.
Veo a través de la pantalla de la tarde el roce de tus pies bajando con cautela la escalera.
En la playa el temporal ha descosido la arena.
Surge el viento que derrumba la imperfección del caminante.
No tardes en cruzar la luz.
Aún me duela la voz de no verte.
Estos ojos siempre pensarán en ti.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Fuengiciordoba. 15 de Septiembre de 2019.

Julia.

Duerme tranquila en el arrecife de la alegría.
La ola no salta ni despega, solo alza un poco sus ojos de espuma para mirate.
Acunate con delicadeza en los brazos celestes del cielo.
Dejate niña llevar por el viento que aluniza en esa bola blanca y redonda.
Y cuando despiertes Julia vuelve tus ojos de cielo hacia tu madre para que se cumpla el más hermoso de los ascendimientos.
Mientras yo en esta playa sin nombre, daré crónica de este dialogo de amor, eterno e imperecedero.

A Julia y Natalia. Fuengifinlandia. 14 de Septiembre de 2019. Luna llena

Cruz Verdadera.

Tu cruz lleva mi nombre en cada astilla,
la mancha de mi gubia transparente.
A diario esculpo espinas en tu frente,
y esa sombra total de tu mejilla.

Con estas manos, sí, por tu rodilla
labro un cárdeno ardor de calle hiriente.
Mi alma está en tu carne penitente...
Soy el clavo que la abre y que la humilla.

Imaginero a golpe de pecado,
late mi corazón en la madera
donde mueres por mí, crucificado.

Yo soy, Jesús, la culpa carpintera
que trabaja el dolor de tu costado,
!tu cruz, Señor, tu cruz, aunque no quiera!

JAVIER CANO (todos los derechos reservados)

jueves, 12 de septiembre de 2019

Sueño de la Ropa Vieja.


SUEÑO DE LA ROPA VIEJA.

Apresado por la sábana y por la soberbia inercia del sueño, no consigo despertarme.
Sé que la noche lagrimea para ceder su puesto al alba- a veces una parte de mí se separa en el azar de la duermevela y logra caminar hasta la ventana; mientras el crepúsculo altivo asoma por oriente, por una sierra angosta y escarpada que en Jaén llaman “Mágina”.
El sueño, hábil, alarga las imágenes y los recuerdos: la vigilia no ha sido incomoda: sin ganas de despertar, abrigado por la ceniza ardiente y sensual de la aurora.
Pero una lágrima cubierta de un infantil llanto roza levemente mi sueño para retornar de un mundo irracional, aunque hermoso.
Julia divaga, duda entre alzar ligeramente su voz reclamando la luz del sol o seguir con sus abiertos ojos y ver como la habitación gira en torno a ella; y seguir soñando en la cuna del mundo.
Azules sus ojos de cielo y sus manos tan diminutas y blancas se agarran al arrullo fuertes y vigorosas con la ansiedad vital de querer escapar y retornar al cobijo sagrado y perpetuo de su madre: dormida y vencida igual que el último acorde, o quizá rendida como la nota última de una sinfonía que tu quisiste y no supiste componer.

Cuaresma: el lirio escapa para esparcir su sagrado aroma por el monte Calvario, por el Olivar, por el cerro Santo. Y en este lugar Jesús, el bueno, dialoga por última vez con su padre reclamándole, exigiéndole la salvación de una humanidad cruel y déspota: aunque protegida por los brazos celestiales y alargados de Jesús para entonces renacer de sus pecados más crueles por la gracia de la redención hermosa, perpetua y torpe de un Dios que se hace mayor y viejo, que nunca aprende; cansado ya de tanto  teatro y comedia: agotado por una Cruz que es descargada de nuestros hombros ya rotos, ya impuros y ora descarnados por nuestras infames culpas.

El buen ladrón en su sueño dormido: ha bajado de la Cruz para deambular sonámbulo entre los rosales de la plaza: “Ay Quico que fortuna guardas”.
La hora nona aún no le ha llegado. Mira la Cruz desnuda, absorto: admirado: no se ve. Y escucha los ripios de una muchedumbre a Jesús, a su héroe.
Y los pies del Salvador clavados y sus ojos hundidos orando al cielo y a la tierra: “Tus pies son el cielo y la tierra, clavados, palangre parecen”.
Ora el ladrón agazapado en su banco, ausente de tan macabro espectáculo: ni en la Cruz ya lo quieren.

Día tercero de esta Cuaresma antigua y recogida: el jaenés dominado por una antigua costumbre y bella o insensata- según se mire- torna a la carrera, al cantón, a besar el pie bendito del Nazareno, dormido en la quietud perpetua del Camarín: está complacido pues le han extraviado la Cruz. Sereno y medio erguido aguanta las malas y buenas babas del penitente que siempre como el poeta dice ensucia su pañuelo en el talón del Señor.
La previa: el camino- iter que discurre desde el umbral del Santuario hasta la peana invisible, roca sagrada donde el Nazareno descansa y exhiben.
¿En qué piensa el peregrino? El trayecto es tan breve, tan frágil como el pétalo de la flor. Otro año más vuelve a descubrir su sitio en la fila más hermosa: no hay prisa, nadie alivia el paso.
El culmen es un bello ascendimiento: el jaenero mira y busca los ojos del Nazareno: la plegaria, la profecía se ha cumplido.
"Dame fuerzas Señor para verte otro Viernes Santo: por el cantón, por la merced; si tu quisieras por la ropa vieja, por Santiago; déjame verte por ese itinerario que te robaron- canta el poeta- en el año 1954.

El buen ladrón amanece entre la dulce escarcha de la plaza.
El rosal abanicado por el viento. Y sus rosas depuran la fragancia de una Cuaresma que ya duele y molesta.
Hermosos y limpios son los ojos del bandido: su mirada descubre con delicadeza el sendero de su héroe, la vía dolorosa que a él no le está permitido cruzar: escucha el lamento encadenado y salvador de Jesús en la Cruz.
"Tu rostro es un lamento encadenado"
No se atreve a continuar el reo bueno: solo completa con decoro la primera estación del Vía Crucis.
"Ay Quico que fortuna guardas"

Ora la vieja en la cancela: es tiempo de Novena: nueve rosas a Jesús el Nazareno, nueve miradas a la Virgen de los Dolores, a la niña del arrabal.
La vieja calla y ora, otorga. Han sido muchas oraciones a Jesús de los Descalzos. Consciente de su bella senectud, su rosario hermosea las oraciones a su Dios. Y desde el contraluz de su refugio sus ojos descienden al Santuario e imagina sus años de juventud al lado del Creador.
Su morada es fortaleza: faro desde el que se iluminan sus plegarias y sus quejas para salvar al Nazareno de tan macabro tormento.

Cucharillas y cucharones: de una madrugada de duelo y cebrianesca avisan. La marcha suena perpetua y rítmica marcando el compás de la noche.
"No me quitéis la música, es el único recuerdo que aún vive en mi memoria" dice la vieja desde su cancela de plata donde la luna llena se baña y refleja".
Su esposo promitente de los de antaño, ya enterrado en sagrada tierra, rozó su hombro con Don Emilio, cuando Jesús iba camino de la Ropa Vieja: hasta Santiago el músico llegó para pactar la marcha con Jesús de los Descalzos.
"Ay maestro que nunca nos quiten tu marcha, que suene siempre en los cantones, mientras el clavel su vuelo al cielo alza"

Ya sale un Nazareno por la calle estrecha, no jaena solo. Su madre la mano no le suelta. Es un infante de corazón hermoso y de túnica negra, amarillo el cíngulo, su ansia calma y aprieta.
Va a recibir a Jesús en su primera madrugada de tiniebla.
La madre con ojos tiernos lo mira: " No te salgas de la fila y con fuerza la vela aprieta. Y a Jesús el Nazareno ilumina, pues en su sacrificio tu vida lleva”.
La luna escucha con calma y sus rayos apresan al devoto niño y su vela encendida la noche prende.


El poeta es el cronista de la pasión: agazapado en su trinchera- construida al cobijo de inmemoriales madrugadas. Con sus versos convierte el calvario de Jesús en la más armónica belleza. Su voz anónima y callada la noche silencia. Y su palabra licencia a la lluvia para que Jesús ascienda entre las peñas de esta sierra de leyenda.
Abandona el poeta su refugio de nostalgia y melancolía para cantar y seguir a Jesús: " ¿Quién me llama Simón el de Cirene? Soy Jaén, tu Jaén, ese que viene siempre detrás de ti, bendito abuelo"

Asciende cautivo el Nazareno por la senda de su calvario: el buen ladrón desea estar en su Cruz y ver la tez desvelada de Jesús. Pero es incapaz de completar el Vía-Crucis. Sueña con aquella madrugada en la que al cirio se le llamaba vela. Y rendido claudica. Y entre el rosal de la plaza le pide a Jesús ir con Él al reino verdadero. El buen ladrón expira con magna hermosura al ver los benditos ojos del Nazareno.


Él sube apurado: le han dicho que un hombre ora a las puertas de un convento.
"Ya sale despacio, ya vuelve a esos cantones- preso de la tradición y del espanto: lo van a crucificar la tarde del Viernes Santo"
Él duda y corre y no consigue encontrarlo.
"Cruza Jesús la Merced, la plaza donde se niegan a pararlo, ni un vaso de agua le dan para aliviarlo"
Y allí adonde la mirada descubre al arco Jesús reposa: en la calle Madre de Dios el promitente por fin consigue avistarlo.
"Y siempre Gregorio y Rafa siempre lo están esperando"


En mitad de la noche Julia escucha el mágico toque de campana: abandona la placidez hermosa del vientre de su madre y torna a mis brazos.
Abajo en la plaza Rosales- adonde el convento de la Coronada ha vuelto en este sueño y se ha convertido en cárcel vieja- reposa el trono espartano de Jesús el Nazareno.
El viejecito de Jaén angustiado por el peso del regalo de la Marquesa suspira aliviado.
De las rejas centenarias de la piedra conventual nace la saeta: profunda y antigua: jaenera al calor del yunque.
El reo asoma entre la penumbra y canta al Nazareno: le pide, le suplica que le quiten la pena: su familia llora, el hambre aprieta.
Y Julia le ve venir, a Él, a Jesús de los Descalzos: al hombre que preso de una ciudad jaena y cainita conmemora su pena y tragedia.
Y el poeta desde el cantón reza:

"Un sueño. Calle de la ropa vieja.
Es noche. El cielo se torna negro.
Cantón de piedra donde Jaén ya reza.
Y una campana doblega al silencio.
Amanece. La procesión ya llega.
De la coronada plaza Tú vienes,
allí donde la lágrima refleja
la pena de los reos que otra vez sientes.
¡Qué difícil siempre es subir la cuesta!
El trono se para firme allí donde,
desmayada, tu mirada despierta.
Caídas, tus lágrimas son muy hermosas.
Ya te estás yendo para mi Santiago.
Las despedidas son más dolorosas.


A Julia.





Sin sueño.

Anoche soñé frente al mar.
La llave de la brisa esta vez si pudo descifrar la cerradura y penetró a través del pasillo, en el apartamento.
Un ligero escalofrio erizo la piel de los tres cuerpos dormidos en la quietud altiva de la madrugada.
Afuera el sonido noctámbulo de aquel que duerme en la inquietud peligrosa de la calle: su lamento invisible corta el aire como la navaja más cruenta.
El sueño dibujaba el lienzo más hermoso y miserable.
El reloj impaciente , no daba las horas y las agujas sumidas en una terrible angustia no dejaban avanzar el sueño.

Ahora mismo frente al mar azul y frágil recuerdo la nostalgia de la noche anterior: la misma brisa me atrapa y huelo la dulce fragancia de los cuerpos dormidos y tranquilos de Natalia y Julia.

Pero echo de menos a ese ser noctámbulo. Quiero darle el abrazo más magno y decirle que es tan digno como el gran Dios.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Fuengirola 11 de Septiembre de 2019.

Lagarto VI. El lagarto y el músico.

Camino con cautela,muy despacio, por el arrabal viejo de San Miguel. El adoquín aun resiste y no es asaltado en su alma: me evoca amor y melancolía por lo antiguo.
Voy a casa de mi amigo Alberto- recientemente restaurada- Desde su terraza se observa la hermosura obsoleta y decadente de la Iglesia de San Miguel; enterrada o rea entre los muros de otras casas, ciertamente bellas y antiguas.
Es hoy un día especial para mi amigo: las nueve de la noche; después de mucho tiempo va a conocer a un ilustre personaje de esta ciudad tan maltratada y derramada- el reptil verdidiano-
El animal consciente de las virtudes del músico, me ordenó concertar una cita con el ilustre creador de melodías: quiere darle las gracias y la bienvenida por su noble valentía de querer vivir en lo mas hondo y carismatico del Jaén antiguo.
En la opacidad mágica de la noche, nos citamos con el bello animal ,en la fuente de los caños- allí se hacían las más hermosas e ilustres figuras de pan: su tamaño tan magno y celestial parecía un pan hecho por la misma mano de Dios.
Descendemos Alberto y yo, por las veredas raudalianas: cuesta de San Miguel; y traicionando al sentido común callejeamos por eternos laberintos; y escuchamos a las hermanas clarisas cantar y orar ante el Cristo del Bambú; vemos el pescado remojado en la calle de su mismo nombre. Y a través de la Santa Cruz desembocamos en la plaza de los Caños.
Los ojos del músico- azules de cielo- hermosos como los personajes de un cuadro del pintor Carrillo, muestran el asombro ancestral y único al ver al generoso lagarto dentro de la fuente; en un remojo antiguo al claro de una luna llena y redonda.
Ambos hablan y se abrazan; no es necesario ningún tipo de presentación: el alma de dos viejos amigos está en íntima conexión desde tiempos inmemoriales, aunque estos crean no conocerse.
La noche sigue dibujando estrellas hermosas . Enfrente en los baños del Naranjo el jaenes disfruta de la magia del agua, del rito purificador que permite hablarle a su Dios.
Amanece que no es poco. El lagarto desaparece con su elegante y mágica docilidad.
Alberto sube con suavidad la cuesta, su ritmo lo marca la emoción más intensa y dulce, intima y bella. Ya tiene algo más que componer.
Y yo mientras tanto, sueño despierto para poder hallar la verdadera poesía entre las piedras.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 8 de septiembre de 2019. Jimena de la Frontera. Natividad de la Virgen.

Castellar.

Camino solo: tengo el recuerdo de tus abrazos.
El monte llora aún la ceniza alevosa del verano.
Es otoño y su piel se refleja en mi piel.
Las hojas al igual que las palabras esperan una tregua para no ser desalojadas.
A destiempo la luz amarilla bordea la noche y sus sombras.
Sigo en el mismo sendero, incapaz de olvidar la ternura de tus brazos.

A Natalia. 7 de Septiembre de 2019. Castellar de la Frontera, Cádiz.

Nana a Julia.


Duerme niña bonita,
duerme en la cuna
del mar.

La ola poderosa siempre te
va a cuidar.

Niña sirena y chiquita alarga los brazos
a mamá.

Duerme niña bonita,
duerme en la cuna
del mar.

Dejaste princesita la mirada al ver al barco pasar.

Tu madre cerca te mira y no termina de cantar.

El barco repliega sus velas ,
a ti te quiere saludar.

Duerme bonita niña,
duerme en la cuna
del mar.

Duerme profunda y sincera
al lado de tu mamá.

Duerme niña bonita,
duerme en la cuna
del mar.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Jimena de la Frontera. 6 de Septiembre de 2019. A Julia.

Depresión.

Lo se: la enfermedad vuelve. Penetra por las ventanas. Te arranca el alma.
Puede aparecer un día cualquiera de forma accidental: siempre al leer una noticia en un periódico. Y entonces te identificas con ella, con la noticia. Y el aullido del animal te prende igual que la noche examina la tristeza del río.
Miras la ciudad y solo ves oscuridad: las farolas parecen del XIX. Crees ver al negro farorelo alargando su brazo para apagar la llama que antes crepitaba altiva en su círculo .

El animal aúlla por las calles con la intención de cogerte y de amarrarte para toda la eternidad en su guarida. Y luchas pero no sabes y al final claudicas ante el espejo. Y te miras y vuelves a ver al animal, quizá un lobo ...

Pero llega el dia , no sabes cuándo. Dudas y al final espantas al fiero animal. Y las noches se vuelven otra vez dulces y amables. Un Dios amigo que creías olvidado te ayuda, y pone fin a la prueba más terrible.
Y ves el reloj que en la pared colgado aún cuenta las horas: el tiempo antes detenido en las fauces del animal, vuelve a darte la vida. Y el verso vuelve a fluir para conseguir el poema más hermoso.
Pero ten cuidado siempre habrá lobos aullando mientras la noche es mitad.
Y deja abierta la ventana , no temas: un Dios amigo siempre velará por ti. Creando las auroras más blancas y hermosas.

Martin Lorenzo Paredes Aparicio. Jimena de la Frontera. 6 de Septiembre de 2019.

Argentino.

Ya no volverá tu voz dulce a sorprenderme.
Tu voz antigua de tenor cansado..
Tu voz que hermoseaba las mañanas en casa de tu hermana cuando el dia se hacía ver tras el mas bello crepúsculo.
Siempre supe por ti lo que es ser un Valenzuela: honor, lucha, coraje y exilio.
Pero tu Jaén impreso en tu memoria nunca dejó de llamarte.
Y viajabas a esta ciudad cainita y hospitalaria, de aceite derramado .
Ay tío como un caballero antiguo, como un actor de blanco y negro, cruzabas la linde del viejo Jaén: calles estrechas y melancólicas, calles clavadas en lo mas hondo de tu corazón, igual que una flor amable y sencilla.
Está madrugada el magno Dios ya quiso saber de ti . Y con la calma más dulce has soñado el sueño más hermoso.
Desde este mar Mediterráneo mientras el sol desciende entre las nubes y desaparece en la lontananza, mis lagrimas son de amor y de esperanza.
Las nueve y media de la noche, en las puertas del azul cielo; ella te espera con su sonrisa abierta y Janera.
Y un rayo azul ilumina la noche silenciosa.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Torreguadario. ( Cádiz ) A mi tío abuelo Salvador. 2 de Septiembre de 2019. Descanse en paz.

El poeta cuerdo.

El poeta es el personaje más absurdo de la creación: El fabula y acerca la hermosura de la realidad al descreído.
El poeta nace en el sol es un hijo de la luz.
En las noches de injusticia el poeta obsoleto defiende al débil de las cadenas del opresor: es hijo legítimo de la cuestión social. Con sus versos enemista el conflicto y desparece la pelea como el aullido del lobo en la noche.
En lo más profundo de nuestra alma existe un poeta loco y guerrero.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 29 de Agosto de 2019. Plaza Rosales, Jaén.

Verea escondida.

¿Para qué está el camino?
¿ A qué parte te lleva?
En un sueño aparece la vereda .
Me acerco despacio y derramo la palabra en la hierba.
Y el alto sol sucumbe al poema.
Las ramas de los árboles desconocen la alevosía de las hojas: pronto caerán, en el tiempo que el otoño amarillo lo permita.
Al final del camino, apareces tú.
El tiempo de tu vela curó todas las heridas.

A Natalia.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Estación de Los Ángeles. 30 de Agosto de 2019.

Lagarto V

Es pacifica y sencilla la hermosura del viejo Jaén. Sus calles espantan la melancolía espartana del poeta para poder crear los sueños más reales.
El trovador es un hijo legítimo de la verdad, un cronista que acerca la realidad al descreído
El poeta es la voz callada del lagarto: el animal respira por sus versos y asume la poesía como la verdad más absoluta nacida del alma más pura.
A veces es mejor no dormir y escribir cobijado en la cómplice penumbra.

El poeta ,narrador de los hechos y sobresaltos del viejo Jaén recibe el honorable encargo del lagarto de rimar en su nombre.

En otros de sus encuentros lunares, los dos amigos, sentados al pie de la vieja plaza Rosales celebran- sin un litro en la mano- la última crónica nacida de las nuevos mentideros jienenses: adonde el convento de la Coronada se asomaba para cantar a Jesús, antes de partir a su calvario de la ropa vieja, se va a instalar una pequeña comisaría: el sueño lejano de muchos lagartianos, quizá se cumpla. El viejo Jaén por fin contará con el más sano de los escudos. Y así sus murallas no serán asaltadas por exaltados. Y aquéllos que consigan ascender y escalar la mágica muralla serán reconducidos a la senda del magno y decoroso comportamiento.

El animal creado en la mágica hoguera del jurásico cada vez tiene más dulce y bella mirada. Sus lagartianos ojos comienzan a suspirar de amor y su alma inquieta se transporta a los tiempos inmemoriales del Condestable Iranzo.

La noche termina un segundo antes que la pluma del poeta deja de escribir. Por fin una Aurora blanca y limpia atraviesa la ventana del poeta.
El verso respira aliviado y reposa hasta un nuevo sueño.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Granada. Estación de AVE Granada- Jaén- Madrid. 29 de Agosto de 2019. San Juan Bautista.

Fuengirola.

Mi compañera no es la mar, ni la ola poderosa, ni la brisa que reposa breve en la orilla.
Mi compañera eres Tú: por ti vivo, a veces muero para volver a resucitar.
En este mar tan Mediterráneo juro siempre ser tuyo y de ella.
La ola otra vez besa a aquella que siempre le espera.

A Natalia y Julia.
Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Agosto 21 de 2019.

Carmen.

Mi abuela al brillar la aceituna, me decía que me llevara todos los recuerdos a la montaña.
El sol en lo más alto, dominaba la quietud de la nava, y en la alacena de la casa antigua los olores se mezclaban y entonaban la sinfonía más hermosa.

Le hice caso y al ascender al vértice de la sierra colgué el recuerdo más bello: en el centro de su patio castellano , ella, tan frágil, como una flor recién cortada.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Arbuniel 10 de Agosto de 2019. San Lorenzo.

A la Virgen de la Amargura.

Doblas la esquina con tu bello manto,
otra tarde hermosa, azul y limpia,
de un lunes jaenes que ya llaman Santo.
Y el color de tus ojos es envidia
de la ya eterna y dulce saeta. Canto
que tu hermoso paso siempre alivia.
Cuando en la encrucijada de mis ojos
nace el amor de mil claveles rojos.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio Fuengirola 19 de Julio de 2019.



Incivil.

Dicen que apenas hablabas: Tu voz muda cubría la huida a ese patio machadiano adonde el agua asomaba del pozo para verte.

Siempre fue un enigma el hueco vacío que se hizo vida en tu blanco brazo.

En tus tiernos ojos asomaba la tristeza dócil del justo: Con apenas dieciocho años tu vida comenzó a ser frágil como la flor recién cortada.

Pero tu mirada siguió eternamente limpia como tu conciencia.

Martín Paredes. Jabalcuz 2019

A Pilar y Ernesto.

Reos del dulce manto de la Capilla.
En un soleado día Jaenes de Agosto.
Él, un mancebo tierno y muy hermoso.
Flor recién cortada, ella, una chiquilla.

Amor sembrado en el viejo arrabal.
Conquista de un corazón siempre bello.
Encrucijada entre un amor plebeyo
y un amor a un Dios magno y celestial.

Y el Dios en su amor ya correspondido
obró el milagro más cierto y hermoso.
Y Él tornó en el más fiel y bravo esposo
Y Ella feliz por su amor bendecido.

Y al cobijo ya, de otra Virgen bella
siete veces y de un Cristo muy divino.
Ella vuelve al origen de su destino.
Y Él suspira al ver a su dulce estrella.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Jaén a 24 de Junio de 2019.

Lagarto . A Ramona.

Empezaba a cambiar el tiempo. El invierno se despertaba y no lo hacia con lluvia sino con un escandaloso frío que golpeaba el rostro de todos aquellos que deambulaban alrededor de los andenes de la pequeña estación en la que se encontraba Marcos.

Así lo debió percibir nuestro protagonista que refugiado en la vieja cantina de la estación y con la mirada perdida, observaba ese río de gente buscando su tren que los llevara a ese destino previamente elegido de antemano.

Después de tantas penurias, por fin había abandonado el campamento de refugiados griego que tantos sinsabores le dio. La vida le daba una nueva oportunidad y esta vez no estaba dispuesto a desaprovecharla.

Subió al tren casi sin tiempo. No tenía prisa en buscar su asiento: durante unos breves segundos se sintió alguien especial y recorrió el tren de punta a punta, disfrutando de ese traqueteo que lo llevaría a algún lugar que como los demás pasajeros también habia elegido previamente.
Y se decidió a ocupar su asiento, estaba al lado de la ventana.

El ruido de las bombas no daba tregua. El bombardeo comenzó a mitad de la mañana: las sirenas antiaéreas no sonaron a tiempo. Los obuses acorralaron como conejos a la mayoría de la población de Sakirm: cayeron muchos, fue una auténtica carnicería.

Marcos no podía creérselo: la escuela se había convertido en una escombrera. No les dio tiempo a llegar al refugio construido en el sótano del gimnasio. Los cadáveres de más de una treintena de niños y del profesor de gimnasia yacían en el patio.

Como pudo ocurrir. Marcos estaba fuera de si. Solo eran niños. Una de las condiciones, si es que en una guerra hay condiciones, era la de respetar las escuelas y los hospitales. Pero solo era una teoría, la realidad dictaba otra cosa.

El traqueteo del tren despertó a Marcos. Caían lágrimas de su cansado rostro: lloraba de pena, de rabia, de indignación, de dolor... Lloraba por él, por su familia- muerta toda en los interminables bombardeos- Y lloraba por los niños, alumnos suyos a los que cortaron la vida de raíz.

La ciudad parecía desclavada de la montaña: Jaén reposaba en actitud serpenteante en la ladera del cerro de Santa Catalina: el lagarto dormía plácido y tranquilo.

Unos meses después de la tragedia vivida en su colegio decidió abandonar su pais. Intentos vanos de paz no lograron hermosear la mente de los asesinos: Marcos cruzó la frontera: su anhelo al igual que el de muchos compatriotas suyos, llegar a Europa.

Y llegó, aunque cerrado y preso de la impostura salvaguarda de un campamento de indeseables.
Resistió y atravesó el Rubicón, cómo el magno César y avalado por su bella cultura y su conocimiento de diversos idiomas , claudico el maligno destino y nuestro amigo arribó en tierras españolas.

Navidad se hacia próxima, el mes frío de diciembre asomaba: las luces adornaban las calles: lindos cascabeles de luz levitaban en las esquinas. Desde la Plaza sin Audiencia hasta la plaza del indómito lagarto, hasta la Magdalena.

Ramona, residente en unas de las calles del viejo lagarto, se paseaba muy nerviosa. Quería dar a su especial huésped el más mágico recibimiento. Todo debería salir a la perfección; pues era conocedora de las penalidades del profesor.

Ramona sufrió: niña de la guerra. El alzamiento le alcanzó en un pequeño pueblo de la Sierra Sur. Con más fortuna que Marcos volvió a la capital.
Su infancia ya vieja y lejana resultó muy traumática: el padre de la joven Ramona marchó al exilio y con él sus recuerdos, pero no su familia: Ramona nunca más vio a su padre, nunca tornó al cobijo de sus brazos.
En Argentina su padre se dejó la vida, pero no la memoria.

No todo iban a ser malos vientos para la linda Ramona. Doblegó al destino, a veces cruel y caprichoso, y locamente enamorada del hermoso Felipe supo sustituir los malos augurios y su vida se abrió a la sana belleza del amor.

Nacieron dos hijos, altos y hermosos: sus expediente académicos inmensos como el Sol. Pero la fortuna para estos dulces mancebos no consintió y tuvieron que emigrar para hacer justicia a sus pretensiones y a su país.

La tarde del domingo rugía, el frío no daba tregua, sus pensamientos volaban de un lado a otro sin cierta conexión; quería recordar todo lo sucedido desde que decidió abandonar su pais. No era capaz: sus recuerdos se perdían como nubes en mitad de la nada mezclándose con historias ya sucedidas.

En estas cavilaciones se encontraba Marcos cuando vio sentada en uno de los veladores de la plaza vieja a una joven tomando con las más dulce de las dulzuras un café.
Una maleta descansaba a sus pies : el pelo rubio ,largo quizá, los ojos de un color azul cielo parecían desprender una timidez cautivadora.
Marcos incapaz de apartar su mirada de la chica. Y estos mismos ojos negros como el ébano se perdían, a la vez, asombrados en la majestuosidad de la Catedral.
Maria, azorada, sonrió.

Maria llego al principio de la tarde. El avión aterrizó en el maravilloso y cercano Aeropuerto JAÉN- GRANADA.
El autobús serpenteo con alegría la Autovía de Jaén Paraíso Interior y aparco en la ciudad del Santo Dios.
Más de un año, la bella María, fuera de Jaén . Su primera acción caminar por las arterias principales del lagarto. Su lugar de destino: las entrañas del dinosaurio.

De nuevo descubrió igual que una turista novicia, la belleza estrecha de las calles de Jaén. Ascendió por la antigua carrera de caballos para permanecer absorta unos minutos en la plaza vieja; escoltada a la siniestra por la Catedral y a la diestra por el nuevo traje del convento de San Francisco..
Lo más bello ,siempre ocurre cuando las lagrimas aciertan al aparecer. Y esto pasó al ver Maria las torres celestiales de la Catedral: el recuerdo de su padre la envolvió por un instante, por un segundo creyó ver su hermosura en el cielo.

La calle campanas contempló sus pasos y el eterno viento descendente del Cerro Almodóvar la acaricio. Y con la más delicadas de las ternuras la acuno en la ajedrecista calle Maestra: mármol donde se disputaron las batallas más hermosas de la capital.

Capto la esencia del Bar Manila: soportando como un caballero del Santo Grial, el paso del tiempo. Abriendo su corazón de salones a conversaciones y personajes.
Descubrió nuevamente el arte mudéjar del Palacio del Condestable- antiguo mandamás de esta ciudad cainita y tozuda, aunque merecidamente hermosa.
Y acerto a considerar la belleza antigua de la plaza Sin Audiencia y la calle del eminente Doctor Martínez Molina.
Por fin atravesaba las fauces del dragón.

El milagro se iba a producir: María cerca ya de su casa, consciente del enorme sacrificio de su madre. En la plaza del pato sonaron unos petardos, pronto sería nochebuena. Su madre y Marcos salieron a recibirla . Nunca un abrazo
fue tan intenso en el viejo Jaén .

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Rosales 3 de Agosto de 2019.

Lagarto IV

A veces mientras la noche prescinde de la tarde me gusta caminar por el viejo sendero que lleva a la inmensa cruz del vetusto castillo para pedir música a las nubes. Mi deseo, casi siempre no se cumple- corren malos tiempos para la lírica-; pero la fortuna suele trazar destinos y encuentros muy hermosos.
Al volver sobre mis pasos y la mirada acariciando el lienzo mágico de la solemne muralla, otra vez mi amigo el jurásico ha vuelto a sorprenderme en mitad de la noche. Con cierta cautela me voy acostumbrando a sus mágicas apariciones.
Escoltados por la luna- ya decreciendo y rompiendo su norma ancestral de solo salir cuando llena es la luna- hemos vuelto a admirar la hermosura del Jaén que parece desclavado de la más bella de las montañas.
Se imagina el dinosaurio un recorrido por el camino de la circunvalación, un ascenso rítmico por la sinuosa carretera del castillo con autobuses que cargados de turistas descubran









la conjunción tan exacta entre la sierra y la ciudad: entre lo rústico y lo urbano.
El verde animal , a través de sus desconocidos espías, aplaude muchas de las actuaciones del Ayuntamiento. Pero como animal que de cabeza dura es , sigue con sus reivindicaciones ya conocidas por todos.
Mi amigo siempre me lo recuerda: el patrimonio de Jaén es la humanidad de sus ciudadanos. Él apela a la unión y al diálogo.
Bajo por la calle Santísima Trinidad, el lagarto con alegre maestría ha regresado por sus veredas raudalianas a su guarida: veredas que solo pueden ver algunos iniciados.

Yo me imagino como seria el Convento de los trinitarios.
Esta noche lo más hermoso es no dormir.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 28 de Agosto de 2019. Plaza Rosales.

Lagarto III

La guarida del reptil, al contrario de lo que creéis, es un lugar mágico, de una hermosura magna y poderosa. De la escondida cueva, imitando a una dulce cascada, se descuelgan transparentes gotas de agua para formar los raudales más perfectos y simétricos: así es la morada antigua del lagarto.
La leyenda no dice que en las noches de luna llena, el animal nada entre esas aguas raudalianas, llegando con su potente brazada a las entrañas mismas de la Santa Plaza de María.
Ciertamente sé, queridos jaenitas, que estáis pensando lo afortunado que he sido al poder penetrar en los dominios del dinosaurio: aunque siendo honesto, en el momento de recibir su llamada sentí un miedo espantoso.
El nacido en los tiempos del Jurásico nada en lo más hondo de las preocupaciones; los ecos de las malas noticias retumban- como la dinamita que lo hizo explotar- ,en su excelsa cueva.
Sus lágrimas no son de cocodrilo, muestra la más terrible de las tristezas al ver la decisión tomada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Jaén respecto a la situación del servicio público de Televisión de Onda Jaén.
Mi querido amigo apuesta por su singular continuidad: es un servicio público que hermosea la ciudad de Jaén y es de obligado cumplimiento que reviva para que el jaenes pueda sentirse informado y a la vez querido.
Pero las quejas del inmenso animal no terminan aquí: alegre por la merecida distinción, novísima, a la UJA; sigue suplicando a la misma ,su presencia en el viejo Jaen.
Una facultad sería el inicio del más bello crepúsculo: el comienzo de una dinamización del Jaén lagartico: apertura de nuevos establecimientos, la inversión privada rondaría por las bellas casas jaeneras para una bella rehabilitación y posterior arrendamiento de las mismas a esos estudiantes que con sus mochilas a cuestas pasearian por las bondades estrechas del Jaén de nuestros amores.
Seria maravilloso que nuestros hijos del casco histórico vieran en las plazas la hermosa figura del estudiante- después de su agitada clase- y no el lienzo dantesco de unos cuantos personajes- gracias a Dios,solo son una minoría- resaltando por los comportamientos más incívicos.
A todo esto el lagarto lo llama el efecto imitación: que lindo sería ver a nuestros jóvenes del casco histórico convertidos en universitarios; y con su cátedra poder pensar para transformar el Jaén añejo en un lugar mejor.
Reo es mi amigo de su leyenda. Pero no os confiéis, en algún momento, puede salir. Y entonces ya se verá...

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Agosto 20 de 2019.

Sonámbula

Justo al lado de la tarde, deambula por el pasillo de la memoria el recuerdo intacto que nunca pudiste olvidar: Como una estatua sedente, en el margen inventado de la orilla , citas con furia a la ola, cuando el sol ya ha dejado de estar en lo más alto y se inclina hermosamente hacía un abismo al que alguna vez iremos.

Y el contrapunto al sonido incorpóreo de la ola es esa rítmica armonía del sol descendiendo, mientras tú, absorta,
nadas hacía lo eterno.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio . 20 de Julio de 2019. Fuengirola, Málaga.

Lagarto II.

Es cierto que cuando la tarde deja de azulear y el cielo torna en el más armónico de los naranjas; el lagarto siente el impulso terrible de salir.
Pero reo de su leyenda , enterrado por un pastorcillo garcilasiano- esta es la versión que más me gusta- Él, como buen jaenes, prefiere que su bella leyenda siga siendo tan inmaterial y que su humanidad alcance a toda la orbe.
Aunque amigos nuestro lagarto tiene una mente tan equilibrada y fuerte que es capaz de adivinar el pensamiento de nuestros mandamás. Me confiesa en esta noche nostálgica y fresca de Julio su admiración y aprobación por la acertada decisión de trasladar la UNED al corazón histórico de Jaén.
Ciertamente nuestro mágico lagarto, todavía está inquieto: ve que el tiempo se exilia por las montañas cercanas y el sueño de sus moradores se va diluyendo entre las nubes igual que la más inmensa melodía en las noches de palacio.
Exige el bello animal respeto y amor para sus dominios: algunas voces discordantes- siempre a través de las fáciles redes sociales- no ven con buenos ojos la implantación de una facultad en sus fauces. Con argumentos tan peregrinos como:
Imposibilidad de aparcar: la ciudad es para el ciudadano y no para los coches, además hay un aparcamiento público en el bien cuidado teatro Infanta Leonor.
Otra razón de estos grandes pensadores es la cuestión administrativa: ¿ Tan difícil es instalar una oficina dentro de la facultad para estos menesteres?
Y por último la denominada cuestión social: consideran estos librepensadores que el viejo Jaén no es el lugar más apropiado para implantar la deseada facultad.
Esta objeción además de ser la más peregrina es una auténtica falta de respeto para todos aquellos que vivimos en las bellas entrañas del dinosaurio.
Lo mas curioso, y se lo pregunta mi amigo jurásico, es que todos los individuos que renuncian al viejo Jaén son los mismos que nacieron en sus profundidades.
Antiguos habitantes del Jaén lagarto suban a su lugar de origen y vengan acompañados de sus hijos. Exploren y conozcan la cantidad de verdes joyas que tiene escondidas nuestro lagarto: la armonía universal de las tres culturas, las Iglesias centenarias, los baños árabes más grandes de Europa, su laberinto magnífico de hermosas y frescas calles....
Decirle querida comunidad universitaria, me recuerda mi amigo reptil, que la primera Universidad de Jaén nació en sus entrañas, en el Convento de Santo Domingo hace varios siglos.
Mi compadre- tengo mucha confianza con él- a pesar de todo está contento: ve como individuos alegres de esta ciudad dan vida a su corazón.
La Academia de Arte Carrillo- pintores mayores del Santo Reino- abrirá de nuevo sus puertas en la calle del Doctor Martínez Molina.
Y para seguir compartiendo noticias hermosas quiero referir la conversación de mi amigo Alberto, músico magnífico de este terruño, con el señor lagarto,; pidiéndole permiso para poder instalarse en una casa del arrabal de San Miguel- previo pago de la misma, como mandan las buenas formas-
Esta joya ha sido restaurada por el mismo musico y por su amigo el pintor- nuestro Carrillo hijo.
Casa situada al lado de la abandonada Iglesia de San Miguel: joya aún recuperable de la que ya nos hablará el gran jefe lagarto.

Martín Paredes Aparicio . Plaza Rosales. 28 de Julio de 2019.

Alucinada.

En la paz de la orilla, sostiene ella firme la apuesta al sol.
Domina con la ternura intacta de sus ojos la lontananza que en cierto modo nunca descubrirá, pues esa apuesta aunque cierta y verdadera, nunca tendra fin.

Y en la quietud nerviosa del viento rosáceo, se siente protegida y ausente para soñar con la primera belleza que guarda intacta en la cavidad última de su memoria.

Es el Sol su único aliado.
Y a la vez que poniente hermosea con rítmica armonía la ola: ella, se desprende de su armadura de flor cortada y penetra profunda y sincera, para retornar al descenso de una marea impúdica y azul.

Martín  Lorenzo Paredes Aparicio.
Verano 2019. Atlántico. 30 de Junio.  El Palmar, Vejer de la Frontera , Cádiz.

Lagarto I

A través de mi ventana: que ciertamente puede ser la tuya, cuando la tarde se enhebra noche mediante el ocaso, acércate a mi lado y observa el viejo Jaén. No tardes.
Desde este palco privilegiado mira igual que en una película tierna y delicada de blanco y negro las bondades de esta ciudad donde el reino se hizo santo a la vera de la Santa Faz de Cristo
Lo primero que tus ojos ven en este mágico visionado es la Catedral inmortal donde peregrino supo ver por primera vez la cara de Dios: templo mayor inmortalizado en verso por el poeta Bernardo López.
No hay tregua: el metraje no es largo ni corto, es sencillamente bello.
La delicada calle Maestra,  tan inmaculada como un tablero de ajedrez,  te invita a profundizar en las fauces amables del lagarto: Arco de San Lorenzo,  Iglesia de la Merced, Iglesia de San Juan, Convento de Santo Domingo, Iglesia  de la Magdalena...
Duérmete en las entrañas del lagarto y déjate acunar por su corazón de historia y añoranza.
Aunque esta película ofrece unas particularidades que pueden hacer que tu sueño no sea tan profundo y plácido; y se convierta en algo parecido a una pesadilla.
Quizá, aún,  tengamos tiempo de realizar la filmografía más hermosa. Así debemos quererlo y para ello necesitamos los más afamados directores y los actores y actrices más reivindicativos.
Imagínate esa escena tan hermosa, tan roselliana,  en la plaza de tu infancia donde por una bella coincidencia descubres el armónico edificio de una facultad universitaria. Que otorga savia nueva, sangre purificadora a ese viejo lagarto, dándole la nueva vida que necesita.
Pero el argumento no se detiene aqui.  Y en la memoria de nuestros recuerdos nos imaginamos esa sala de reparaciones, esa comisaria necesaria de " Canción triste de...." para curar las pocas anomalías de nuestro verde animal.
Piensa pues,amigo mío,amiga,  que el verdadero protagonista  de este poderoso films eres tú,  el residente; el que mora en las entrañas del viejo Jaén: crece con las bondades de tu lagarto, amalas.  Cuida de su granítico órgano para que el animal despierte de su letargo y nunca muera.
Sé,  tú,  jaenes, el de la Merced, el de Santiago, el de San Juan, el de la Magdalena.... el amo del lagarto y amalo como si te fuera la vida en ello.
Y que nunca digan de Jaén: " Ciudad de raudales perdidos..."

Martín Lorenzo Paredes Aparicio.  6 de Julio de 2019.El Portichuelo (Jaén)

Promesa.

Hallo la pausa antes de decidirme. Por fin soy valiente. La firmeza de una palabra es la luz que brota en un instante. El sol aún p...