Noche blanca. Luna redonda y llena.
Ya sopla la brisa dulce y certera.
La magia nace y muy dulce ya espera.
Y el amor brilla , no existe la pena.
Amor puro que muy alto ya vuela.
Amor que ya cruza la noche bella.
Y como la luz de una fiel estrella
un niño hermoso ríe, a todos desvela.
A sus vidas, vida nueva ora llega.
Sus ojos de cielo el día siempre anuncia,
ojos de vida que ya nadie niega.
Y el niño travieso sigue soñando.
Han pasado cincuenta hermosos años.
Cincuenta años eternamente amando.
Martín Paredes.
jueves, 31 de octubre de 2019
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