Abro la ventana . Luz blanca arriba en el cielo. Y la lluvia de otoño por fin empapa la plaza. La hoja caída se desliza por el río transparente de la calle.
Alguien mira, desde otra ventana- frente a la mía- escondido en una débil penumbra. Quiero pensar que el humo del cigarro lo delata.
Su silueta planea altiva por una habitación desordenada. Imagino como es su desnudez: clara y pura, dibujada en un espejo.
Y al lado un libro abierto por la página
dónde el amante juró amor eterno.
Otra luz me aleja de este sueño y con calma desciendo como un ave a la plaza.
Esta vez es ella ,me espera: la lluvia ha cesado de repente y los árboles del lugar retienen con dulzura las hojas. El río transparente ha olvidado su camino y ya no es necesario cruzarlo.
Necesito oír su aliento y oler su dulce voz. Asiente débil.
Y entonces me acerco. La plaza se ha convertido en un inmenso jardín .
En el centro una fuente. Y ella tendida al fresco pinta mi nombre en el lienzo azul de la mañana.
Martín Lorenzo Paredes Aparicio . Jaén a 20 de Octubre de 2019. Primeras lluvias de otoño . A Natalia.
sábado, 19 de octubre de 2019
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