jueves, 12 de septiembre de 2019

A Pilar y Ernesto.

Reos del dulce manto de la Capilla.
En un soleado día Jaenes de Agosto.
Él, un mancebo tierno y muy hermoso.
Flor recién cortada, ella, una chiquilla.

Amor sembrado en el viejo arrabal.
Conquista de un corazón siempre bello.
Encrucijada entre un amor plebeyo
y un amor a un Dios magno y celestial.

Y el Dios en su amor ya correspondido
obró el milagro más cierto y hermoso.
Y Él tornó en el más fiel y bravo esposo
Y Ella feliz por su amor bendecido.

Y al cobijo ya, de otra Virgen bella
siete veces y de un Cristo muy divino.
Ella vuelve al origen de su destino.
Y Él suspira al ver a su dulce estrella.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Jaén a 24 de Junio de 2019.

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