domingo, 29 de septiembre de 2019

Amado

Era el año 33, Tú, pudiste con todo.
Pero parece que algunos lo han olvidado.
La noche es fría y él ha sido arrojado a la trinchera de hielo. Su dolor no puede ser visto para que no se quemen nuestros ojos.
Pero el resiste con su cruz. No pide agua, pues su sed será nuestra mortaja.
Amanece y la palabra lo busca: cruza la pendiente de la calle sabiendo que lo amas.
Es feliz. Y nosotros, mientras perecemos sin entender lo que es el amor.

Martín Lorenzo Paredes Aparicio. 28 de Septiembre de 2019. Jaén.

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